La
sexualidad es un tema que puede parecer de poca relevancia Pública, ya que en
principio aunque sea una cuesti6n absorbente, es de índole privada. Es también
un factor constante porque es un factor biológico y necesario para la
continuaci6n de la vida de la especie. De todas formas, el sexo se proyecta
siempre en el dominio público y -sobre todo- habla el lenguaje de la
revoluci6n. Se dice que en las pasadas décadas se ha producido una revoluci6n
sexual y se han depositado esperanzas en este terreno de la sexualidad por
muchos pensadores, para quienes la sexualidad representa un reino potencial de
libertad, no reducido por los límites de la civilizaci6n contemporánea.
CAMBIO SOCIAL Y CONDUCTA SEXUAL
La
virginidad de las mujeres hasta el matrimonio era apreciada por los dos sexos.
Si se permitían algún intercambio sexual con algo (amigo, pocas chicas
pregonaban el hecho. Muchas permitían que solo una vez comprometidas con el
chico en cuestión.
Las
muchachas más activas sexualmente eran desprestigiadas por las demás, y también
por los muchachos muy masculinos, que trataban de "aprovecharse" de
ellas. Exactamente de la misma manera en que la reputaci6n social de las muchachas
descansaba sobre su habilidad para resistir o contener los acosos sexuales, la
de los chicos dependía de las conquistas sexuales que podían lograr. La mayor
parte de los muchachos ganaba sus conquistas s6lo --como dijo un encuestado de
cuarenta y cinco años de edad- "pasando el tiempo con una de aquellas
mujeres, las furcias".
Cuando consideramos la actividad sexual de los
adolescentes hoy menores de veinte años, observamos que la distinción entre
chicas buenas y malas todavía se aplica en términos fijados por la ética de la
conquista masculina. Pero otras actitudes, por parte de muchas chicas menores
de veinte años en particular, han cambiado radicalmente.
Piensan que es legítimo desarrollar una actividad sexual,
incluido el coito, a la edad que les parezca oportuno.
HETEROSEXUALIDAD, HOMOSEXUALIDAD
La investigación de Rubín trata solo de actividades
heterosexuales. Su decisión de excluir las experiencias homosexuales es
errónea, teniendo en cuenta el hecho – ya revelado por kinsey – de que una proporción
muy elevada de hombres, han participado en actos homosexuales. Es ciertos
momentos de sus vidas.
Kinsey descubrió que solo cerca del 50 por cierto de
todos los hombres americanos son “exclusivamente heterosexuales”. Es decir; ni
han participado en actividades homosexuales ni han sentido deseos homosexuales.
El 18 por cierto es o exclusivamente homosexual o persistentemente bisexual.
Entre las mujeres, el 2 por ciento es plenamente homosexual. El 13 por ciento
ha participado en cierta forma de actividad homosexual, mientras que más del 15
por ciento
Las teorías de Foucault sobre la sexualidad
¿Qué es la sexualidad? “Sexualidad” es la cualidad de
ser sexuado o tener sexo (Oxford English Dictionary). La sexualidad es un
constructo social, que opera en campos de poder, y no meramente un abanico de
impulsos biológicos que o se liberan o no se liberan.
El cuerpo también ocupa un aspecto muy importante. El
cuerpo es el foco de poder. Es una carrera visible hacia la identidad del ego y
se ve integrado en las decisiones sobre el estilo de vida (ciencia de la
nutrición) la influencia de un cuerpo perfecto para que se dé la aceptación
social del individuo.
La diversidad sexual, contemplada como una perversión
se ha trasladado hacia el mundo social de cada día. La decadencia de la
perversión debe ser como una batalla. Los homosexuales todavía deben oponerse a
prejuicios profundamente arraigados, los que continúan obstruyendo el acceso a
la igualdad económica y social. Por ende, la tolerancia debe ser el principio
rector del dominio público.
AMOR ROMÁNTICO Y OTRAS FORMAS DE AFECTIVIDAD
AMOR ROMÁNTICO Y OTRAS FORMAS DE AFECTIVIDAD
El amor como observa Bronislaw Malinovski en su estudio
sobre los habitantes de las Islas Trobriand es una pasión tanto para el
melanesio como para el europeo, que atormenta la mente y el cuerpo, en mayor o
menor escala; conduce a muchos a un callejón sin salida, a escándalo o
tragedia; más raramente, ilumina la vida y dilata el corazón que rebosa de
gozo. Entre las reliquias del antiguo Egipto han sobrevivido numerosos ejemplos
de poesía amorosa; algunos datados antes del año 1000 a.c.
El amor queda descrito allí como la dilatación del ego
y también se le atribuyen poderes curativos:
¡Verla me conforta!
Cuando ella abre sus ojos mi cuerpo rejuvenece.
Su voz me refuerza,
Abrazarla elimina mi enfermedad.
¡Ya hace siete días que se marchó de mi lado!
Aunque el uso profano de la palabra “pasión”, distinta
de su uso anterior, que significaba pasión religiosa, es relativamente moderno,
tiene sentido considerar que el amor apasionado, “amour passion”, implica una
conexión genérica entre el amor y la atracción sexual.
El amor apasionado está marcado por una urgencia que lo
sitúa aparte de las rutinas de la vida cotidiana, con las que tiende a entrar
en conflicto.
El amor apasionado tiene una especie de sortilegio que
puede asimilarlo al religioso en su fervor. Cada cosa del mundo parece adquirir
una frescura nueva, aunque acaso al mismo tiempo fracasa en el empeño de
captura el interés individual, tan estrechamente ligado con el objeto amoroso.
El
amor romántico ha hecho del amour passion un conjunto específico de creencias y de ideales
engranados con la transcendencia.
El
amor romántico puede concluir en tragedia y ser alimentado con la
transgresi6n,
pero también produce triunfo, una conquista de preceptos y compromisos
mundanos. Este amor se proyecta en dos sentidos: ata, idealiza a! otro, y
proyecta el curso de procesos futuros.
El
romántico no trata, sin embargo, a las mujeres como iguales. Él se entrega como
esclavo a una mujer (o a varias mujeres, en su caso) y trata de construir su
vida a su alrededor, pero el que sucumba no es un gesto de igualdad. Realmente,
no es una participación en la exploración emergente de La intimidad, sino más
bien un retroceso a tiempos anteriores.
El
romántico en este ejemplo no es alguien que ha comprendido
Intuitivamente
la naturaleza del amor como forma de organizar el tiempo futuro y la construcción
de la identidad personal.
SEXUALIDAD Y CAMBIO INSTITUCIONAL
La
sexualidad es un constructo social, que opera en campos de poder, y no meramente
un abanico de impulsos biológicos que o se liberan o no se liberan.
La
sexualidad surgió como una parte de una diferenciación progresiva del sexo,
respecto de las exigencias de la reproducción. Con la elaboración ulterior de
las tecnologías reproductivas, esta diferenciación se ha hecho completa. Hoy esta
concepción puede ser artificialmente producida, en lugar de ser artificialmente
inhibida. La sexualidad ese fin plenamente autónomo. La reproducción se puede realizar
en ausencia de actividad sexual. Se trata de una "liberación" final
por la sexualidad, que a partir de ahora puede convertirse plenamente en una
cualidad de los individuos y de sus transacciones con los demás.
"La
creación de una sexualidad plástica, separada de su integración ancestral con la reproducción,
el parentesco y las generaciones, fue la condición previa de la revolución
sexual de las pasadas décadas.
Para
la mayoría de las mujeres, en la mayoría de las culturas y en todos los
periodos de la historia, el placer sexual, alii donde se hacía posible, estaba
ligado intrínsecamente a! miedo a los embarazos repetidos, y por tanto, a la
muerte, dada la proporción sustancial de mujeres que precian en el parto y las
elevadas tasas de mortalidad infantil que se producían.
Amor, compromiso y el nuevo modelo de relación afectiva
La
autora Sharon Thompson encontr6 diferencias
importantes entre las formas en que los chicos trataban del sexo (no hablaban frecuentemente de amor), en
el curso de sus largas entrevistas con ellos, y en las respuestas de las
muchachas. Los chicos se mostraron incapaces de hablar del sexo en forma
narrativa, es decir relacionándolo con un futuro proyectados. Ellos hablaban
principalmente de episodios sexuales esporádicos, tales como una experiencia
heterosexual temprana o de diversas conquistas sexuales.
El
principal instrumento temático de las historias de las muchachas es denominado
por Thompson "romance de la búsqueda". La novela proyecta la
sexualidad sobre un futuro anticipado, en el que los encuentros sexuales son
considerados como episodios en el camino de una relaci6n amorosa final. El sexo
-por decirlo así- es un recurso chispeante, con la relación amorosa como búsqueda
del destino.
La
búsqueda del amor romántico aquí, sin embargo, no significa ya un aplazamiento
de la actividad sexual hasta que llegue la deseada relaci6n. Tener relaciones
sexuales con una nueva pareja puede ser el inicio de un encuentro predestinado,
que se revela así después, pero que no es más que una promesa.
"La
pérdida de la virginidad" para un chico sigue siendo desde tiempo
inmemorial una expresi6n equivoca. En el caso de los muchachos es un plus, una
ganancia. Es un talismán que apunta al futuro; pero no compromete, sin embargo,
aspectos nucleares del yo personal, es uno entre otros emblemas de la capacidad
masculina. En el caso de las chicas, la virginidad es contemplada como una
entrega.
AMOR ROMÁNTICO FRENTE A AMOR CONFLUENTE
El
amor confluente es un amor contingente, activo y por consiguiente, choca con
las expresiones de "para siempre", "solo y único" que se
utilizan por el complejo del amor romántico. La "sociedad de las
separaciones y de los divorcios" de hoy aparece como un efecto de la
emergencia del amor confluente más que como una causa. El amor más confluente
tiene la mayor posibilidad de convertirse en amor consolidado; cuanto más
retrocede el valor del hallazgo de una "persona especial", más cuenta
la "relación especial".
En
contraste con el amor confluente, el amor romántico siempre ha sido calibrado
en términos de papeles de los sexos en la sociedad, como resultado de las
influencias ya discutidas. El amor romántico tiene ya una vena intrínseca de
igualdad, en la idea de que puede derivar una relación de la implicación
emocional de las dos personas, más que de criterios sociales externos.
El
amor confluente presupone la igualdad en el dar y recibir emocional, cuanto más
estrechamente se aproxima un amor particular a prototipo de la relación pura.
El
amor romántico es un amor sexual, pero pone entre paréntesis el ars erótica. La
satisfacción sexual y la felicidad, especialmente en la forma fantasiosa del
romance o de la novela, quedan presuntamente garantizadas por la fuerza erótica
que produce el amor romántico.
El
amor confluente introduce por primera vez el ars
erótica en el núcleo de la relación conyugal
y logra la meta de la realización de un
Placer
sexual, un elemento clave en la cuestión de si la relación se consolida o
disuelve.
Amor, sexo y otras adicciones
La
adicción al sexo podría parecer a primera vista como otra excentricidad, o
acaso como un nuevo modo de explotar a un populacho crédulo, una vez que una categoría
psiquiátrica reconocida puede ayudar a partes interesadas a ser objeto de una financiación
medica, producir una ayuda a la investigaci6n y presentarse a sí misma como un
plantel de expertos.
El
sexo es solo una de las adicciones proliferantes reconocidas durante los últimos
anos. Es posible llegar a ser adicto, entre otras casas, a las drogas, a la
comida, al trabajo, a fumar, a ir de tiendas, al ejercicio, al juego, y -además
del componente específicamente sexual-, también al amor y a las relaciones.
La
adicción indica un modo particular de control sabré las partes de la vida
cotidiana y también sabré el yo. La importancia específica de la adicción puede
ser entendida en términos de una sociedad en la que la tradición ha sido más
eliminada que nunca anteriormente, y en la que el proyecto reflexivo del yo
asume correspondientemente una importancia especial. Donde amplias áreas de la vida
de una persona ya no están conformadas par modelos y hábitos preexistentes, el
individuo se ve obligado continuamente a negociar opciones de estilo de vida.
La
adicción al sexo entre los hombres no está plenamente ligada a una pulsión
obsesiva por la variedad. Como en el caso de las mujeres, puede asumir la forma
de una masturbación compulsiva, y está muy ligada frecuentemente a las fantasías
sexuales que invaden casi todas las demás actividades en las que el personaje
se ve implicado.
SEXO Y DESEO
"Las
mujeres quieren amor, los hombres sexo." Si este estereotipo descamado
fuese cierto, no habría problema alguno sabré la
adicci6n
al sexo.
El
deseo de amor de las mujeres anularía cualquier inclinaci6n sexual, y esto sería
el precio que deberían pagar por adquirir las recompensas de amar y de ser
amado.
LA NATURALEZA DE LA CODEPENDENCIA
El
término "codependiente" es un ejemplo de esta "reflexividad revertida"
que es tan común en la era actual. El término no fue acuñado por profesionales,
surgi6 en el contexto de los individuos que Luchaban contra el propio
alcoholismo.
La
codependiente busca aprobaci6n
pr.kticamente de cada una de las personas con las que entra en contacto. En lugar
de construir una vida alrededor de una persona, puede tener varios "becerros
de oro" alrededor de los que danzar -acaso su madre y su padre, sus amigas, su jefe y el empleado del supermercado. Vive la
vida alrededor de las necesidades de otros4.
Podemos
suponer que las relaciones fijadas están más difundidas que la codependencia en
cualquiera de sus formas principales. Una relaci6n fijada se construye
alrededor de una dependencia compulsiva más que alrededor de una codependencia.
Los
individuos codependientes están habituados a encontrar su identidad a través de
las acciones o necesidades de los demás; pero en toda relaci6n adictiva el yo
tiende a quedar sumergido en el otro, ya que la adicci6n es una fuente primaria
de seguridad ontol6gica. Uno de los prop6sitos que se sugieren frecuentemente
en las fases iniciales de la terapia de los grupos de autoayuda es la de
"dejar hacer" a los otros --es decir, liberarse del intento de
controlar a los demás, característico de la codependencia.
INTIMIDAD, PARENTESCO Y PATERNIDAD
La
transformaci6n de la intimidad se refiere al sexo y a los papeles de cada sexo,
pero no se limita a ellos.
Janet
Finch habla de un proceso de "elaboraci6n" al analizar las relaciones
de parentesco hoy. La gente tiene que resolver el problema de c6mo tratar a los
parientes y así construye nuevas éticas en la vida diaria.
Finch
trata este proceso explícitamente en términos de un lenguaje de compromiso. La
gente tiende a organizar sus relaciones de parentesco a través de un "compromiso
negociado", en el que se precisa que es lo más justo a la hora de actuar
con sus parientes, en diferentes contextos. Por ejemplo, un individuo no decide
prestar dinero a un cuñado porque la familia o la sociedad en general impongan
la obligación.
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